¡Cualquiera de nosotros puede ser el invitado perfecto!

La semana pasada estuvimos viendo qué es lo que más valora un anfitrión cuando tiene invitados dependiendo de su nacionalidad ¿No os pareció curioso? ¡A mi mucho! Y como el tema del protocolo social me encanta (aunque hubo un tiempo en que lo aborrecía),  hoy vamos a profundizar más sobre cómo ser un buen invitado.

Como ya he dicho muchas veces, el protocolo y la comunicación son cuestiones culturales, asi que  lo que hoy voy a comentar a continuación aplica en nuestra cultura y punto; habrá cosas que se podrán extrapolar y cosa que no… ¡mucho cuidado con estas últimas!

El invitado y la invitación

Cuando nos invitan a cenar, hay que confirmar lo antes posible tanto si vamos a asistir como si declinamos la invitación. Es de muy-muy-muy mala educación que nos tengan que estar “persiguiendo” para saber si cuentan con nosotros o no. Cuanto antes demos solución a la invitación, mejor.

El invitado y la llegada

El invitado no llega al sitio donde es invitado antes de tiempo; al anfitrión le puede resultar agobiante que le pillen “a medias”. Si bien es cierto que en España no está «mal visto» el llegar algo tarde, lo ideal es llegar cinco / diez minutos después. En cualquier caso, nunca se llega con más de 30 minutos de demora y si lo vamos a hacer, debemos avisar con antelación.

El invitado y los regalos

No es necesario llevar un regalo cuando nos invitan aunque es una costumbre muy extendida.

Si se trata de un vino, se puede llevar sin previo aviso o podemos consultar con nuestro anfitrión para acertar con nuestra elección. Hemos de tener en cuenta que el vino debe pegar con la comida (maridaje) y estar a la temperatura adecuada por lo que el anfitrión es libre de servirlo o no; nos guste o no su postura, debemos respetarla.

Si se trata de un plato (postre o aperitivo), dulce (bombones) o bebida espirituosa, se consulta al anfitrión SIEMPRE y la razón es que en estos casos el anfitrión SÍ está obligado a ofrecerlo.  Además, es mejor avisar para  no juntarse con cinco postres distintos para la misma mesa, por ejemplo.

Las flores pueden ser un bonito detalle, si nuestro anfitrión no es alérgico y le gustan. Las plantas con raíz (tiesto) pueden ser un regalo bomba porque implican que luego los anfitriones la tengan que cuidar (cosa que puede no ser de su gusto).

Cualquier otro regalo (ropa, decoración, etc…) tienen «su momento». Me explico: está bien regalar un jersey o un collar si nos invitan por un cumpleaños o llevarles un juego de copas si vamos a la inauguración de una casa, pero no tendría lógica dichos regalos en otro tipo de visita.

El invitado y el menú

Si hay algún alimento que no consumamos por alergias, afecciones (ser celiaco) u otras cuestiones de fuerza mayor (ser vegetariano), es de agradecer que se lo indiquemos al anfitrión. Enterarte que tu invitado es vegetariano justo cuando sirves en la mesa el cordero es una faena muy grande para quien ha puesto todo su empeño en agasajarnos.

Respecto a gustos particulares por la comida (no me gusta el queso, no me gusta el tomate…), yo aconsejo prudencia. Si hay algo que no nos gusta y podemos evitarla (porque la comida es “de picar”), la evitamos; si no podemos, la probamos (no hacerlo es una enorme falta de educación) y comemos un poquito – cada cual que lo justifique ante el anfitrión (si pregunta), según su conciencia y la confianza que nos una a quien nos invita-. Jamás nos negaremos a probar bocado ni forzaremos a que nos hagan otra comida distinta.

La comida este rica o no, se agradece y se toma en mayor o menor cantidad con buena cara. Nada de gestos o comentarios desafortunados. Nuestro anfitrión se ha esforzado por nosotros y, al margen del resultado, debemos pagarle con agradecimiento y respeto. El cocinero o cocinera puede criticar su plato; nosotros, nunca!!

El invitado y la sobremesa

Dos cuestiones muy importantes a tener en cuenta durante la comida y en la sobremesa es 1) la conversación y 2) el consumo de bebidas alcohólicas.

Jamás nos “enzarzaremos” en conversaciones polémicas ni discusiones evitables; no haremos nada que pueda molestar al anfitrión o a los demás invitados ni propiciaremos situaciones incómodas.

La cuestión del alcohol depende del tipo de celebración, confianza con el anfitrión y resto de invitados… y varias cosas más, pero estaremos de acuerdo que “perder los papeles” cuando nos han invitado a una casa es lo peor que podemos hacer. Cuando bebemos (de más) nuestras percepción sobre lo correcto se distorsiona y las posibilidades de “meter la pata” (respecto a nuestra actuación o conversación) aumentan. Por todo ello, el mejor consejo que puedo dar es «bebamos con moderación»…  o nada, si vamos a coger luego el coche.

El invitado y la despedida

Los invitados nos iremos cuando el anfitrión de por finalizada la cita. Hemos de ser muy respetuosos con los hábitos del anfitrión así como su familia (por ejemplo, si se trata de una cena y hay niños pequeños que deben dormir). Si queremos marcharnos antes de que el anfitrión lo diga, lo haremos indicando el motivo (estamos cansados, los niños tienen que dormir, mañana madrugo…) y no durante la cena ni antes de  disfrutar un rato de la sobremesa, salvo fuerza mayor – en cuyo caso, deberemos haber informado al anfitrión con antelación-.

Nunca seremos los últimos en irnos, si la invitación es grupal; cuando los penúltimos digan que se van, es el momento de decir que nos vamos nosotros (otra cosa es que el anfitrión insista en que nos quedemos) ¡No hagamos que nos tengan que echar!

El invitado y el agradecimiento

Insisto que el mejor agradecimiento que podemos dar a nuestro anfitrión es ser educados y amables. No obstante, dar las gracias es un bonito detalle (casi obligado) cuando nos marchamos y ¡por qué no! al día siguiente con una llamada, un mensaje, un mail o un wassap (dependiendo de la formalidad del evento)

… en fin… yo creo que ya está todo dicho, pero si me dejo algo y tenéis algo que añadir o rebatir 😉 por favor, compartidlo con nosotros!!

Hasta la próxima semana!

Esther Morillas

Colaboradora de Pymecom

Podéis seguirme en Facebook y Twitter

Deja un comentario